Buenas a todxs, una semana más ampliamos los conocimientos y hoy dedicaremos el espacio del Blog para hablar sobre algunos de los mitos que acompañan al alcohol desde hace siglos.
Antes de todo, vamos a contextualizar qué es el alcohol, todo y que seguramente la mayoría de la población sabe lo qué es y ha estado en contacto con él en algún momento de su vida. El alcohol es una droga depresora del Sistema Nervioso Central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante.
Como ya sabemos, es considerada una de las drogas más letales pero más aceptadas en la actualidad y sobre todo en la sociedad occidental. Es por este motivo, que corren muchos bulos referentes a este tipo de substancia y hemos considerado oportuno poder dedicar une espacio a desmitificar algas de estas creencias.

MITOS SOBRE EL ALCOHOL:
Mito: Beber alcohol sólo los fines
de semana no produce daños en el organismo.
Realidad: El daño que provoca el alcohol depende del llamado
“patrón de consumo”, es decir, de la cantidad (a mayor cantidad, mayor daño) y
de la intensidad (la misma cantidad concentrada en menos tiempo es más dañina).
También existe el riesgo de convertirse en un hábito, hasta el punto de no
divertirse sin beber.
Mito: El consumo de alcohol ayuda a
salir de las horas bajas, a superar el cansancio y a estar más animado y en
forma.
Realidad: El consumo abusivo de alcohol hace perder el
control sobre las emociones y sentimientos. Tras una breve sensación de
bienestar, si se está triste o deprimido, esta situación se agudiza. Asimismo,
se produce una mayor fatiga física y más sueño; también se pierde fuerza y
coordinación.
Mito: El consumo de alcohol hace entrar en calor y combate el frío.
Realidad:
El alcohol produce una sensación momentánea de calor al
dilatar los vasos sanguíneos y dirigir la sangre hacia la superficie de la
piel, pero en poco tiempo la temperatura interior del cuerpo disminuye y se
siente más frío. Por eso, en situaciones de embriaguez hay que abrigar y
proporcionar calor a la persona y nunca intentar espabilarla con duchas frías.
Mito: El alcohol es un alimento.
Realidad: El alcohol engorda pero no alimenta. Al contrario,
aumenta la producción de grasa en el organismo.
Mito: El alcohol es bueno para el corazón.
Realidad: Diversos estudios han puesto de manifiesto que en
adultos, el consumo moderado de alcohol disminuye el riesgo de padecer
enfermedades de corazón, pero estos efectos beneficiosos no aparecen en todas
las personas ni en todos los casos.
Mito: El alcohol facilita las relaciones sexuales.
Realidad: Al contrario, el consumo abusivo muchas veces
dificulta o incluso impide unas relaciones sexuales plenas, provocando
impotencia y otras disfunciones asociadas
Mito: El que más aguanta el alcohol es porque es más fuerte.
Realidad: No existe relación alguna entre fortaleza o
virilidad y “aguantar” un mayor consumo de alcohol. Si se aguanta mucho puede
ser que el organismo se haya acostumbrado. Ha desarrollado tolerancia al
alcohol y eso no significa que haga menos daño, sino que hay más riesgo de
convertirse en dependiente y, por tanto, en alcohólico.
¿Se te ocurren más mitos? ¿Tienes alguna idea que te venga a la cabeza y te
gustaría constatar si se trata de un mito o una realidad?
Escríbenos y entre todos haremos más completo este post.
Equipo GenA.