“PORQUÉ SIMPRE HEMOS SIDO TRES”
Cuando una persona se ve afectada por problemas de adicción su relación de pareja se transforma en una relación a tres. Cohabitando juntas – tú, yo y mi adicción-, la necesidad de consumir, que para la/el adicta/a pasa por encima de todo, marca el día a día de la pareja, su intimidad y su comunicación.
Y aunque podemos hablar de diferencias en cuadros de adicción al alcohol donde al principio la/el adicta/o, pasa por consumidor social o cuadros de adicción a la cocaína dónde la ilegalidad de la droga y su elevado precio pueden llevar a muchas mentiras y a destroza económicas y del mismo modo en cuadros de ludopatía donde el límite al consumo de juego no lo pone el cuerpo y por tanto acaba representado la ruina económica de muchas parejas… En general cuando – tú, yo y mi adicción- son los miembros de la pareja, la mentira, el engaño, la manipulación, la culpa, el arrepentimiento, la agresividad, las dudas, y las miles de promesas incumplidas tiñen de negro cualquier atisbo de poder vivir una relación saludable donde emerjan y se sostengan elementos como el respeto, la admiración, la confianza, entre otros, ya que la adicción lo necesita todo, todo se lo queda, todo te lo roba.
